Fundado en 1912, Café de Tacuba lleva más de cien años sirviendo excelente cocina tradicional mexicana. Café Tacuba te transporta al México antiguo con sus paredes de azulejos coloridos, pinturas al óleo descoloridas, entrada con vidrieras y lámparas de bronce.
El restaurante es popular tanto para locales como para turistas, especialmente los grandes grupos familiares que disfrutan de sus (abundantes) desayunos. Hay varias salas elegantes: nos sentamos justo en la sala central para disfrutar del ambiente.
Es un lugar emblemático del centro de la Ciudad de México, excelente opción para probar cualquier platillo mexicano, tienen una gran variedad tanto de sopas como caldos, carnes, aves y pescado.
Historia de Café de Tacuba en CDMX
La gran casa que alberga hoy el Café de Tacuba fue construido desde el siglo XVII. Cabe mencionar, que a principios del siglo XX, esta casona era una lechería. Para 1912, Dionisio Mollinero llegó desde Tabasco a la Ciudad de México para fundar un restaurante de auténticas y tradicionales delicias mexicanas.
Un antiguo hospital psiquiátrico administrado por un convento, se dice que está obsesionado por una monja asesinada por un paciente que estaba verdaderamente “locamente” enamorado de ella. Hoy, en su honor, los camareros se disfrazan de camilleros y enfermeros.
Antes de casarse con Frida Kahlo en 1929, Diego Rivera contrajo matrimonio con la novelista Guadalupe Marín en 1922. La recepción de la boda se llevó a cabo en el Café de Tacuba.
Totalmente recomendado para personas con buen apetito, el sazón vale completamente la pena y la atención de los meseros es buena.
Por otra parte, el lugar te da todo el sentimiento mexicano, excelentes sabores desde el pan hasta el chocolate. Un lugar demasiado fotografiable y lleno de luz para pasar un almuerzo en familia
Un lugar sumamente impresionante, arquitectura, decoración y placer al paladar inigualable.
La experiencia
El lugar es hermoso y tiene una decoración precolombina muy elegante. Los desayunos son muy variados y para todos los gustos. Mis favoritos son los huevos con jamón y agregado de aguacate. Las porciones están bien en relación a su valor, el café me pareció un poco suave.
El jugo de naranja era natural y recién exprimido recomiendo los churros ya que no fallan. El lugar está muy limpio y todos bien presentados y ordenados. La atención de parte del personal fue muy preocupada y atenta en todo momento.
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